octubre 07, 2012

Lenguaje y desigualdades de géneros. Antropología de la sexualidad. PARTE IV y una parte de Antropología lingüística :)


El lenguaje ha sido la clave del éxito biológico de la especie humana actual, el Homo Sapiens; gracias a dos adaptaciones anatómico- fisiológicas y culturales en un momento crítico; fomentando la cohesión social y la selección sexual para expresar emociones. Además de eso; debemos tener en cuenta que el lenguaje tiene relación directa con la simbología, puesto que pensamiento y lenguaje están interconectados; siendo capaz de establecer conexión directa entre el lenguaje y la realidad social; teniendo la capacidad de transformar la realidad y con ella la relación igualitaria o desigual que se establece entre los géneros de un país, sociedad o cultura concreta; es una construcción cultural que puede guiarnos para entender la cosmovisión de una sociedad.
   
El uso androcéntrico y sexista del lenguaje favorece el desprecio o subordinación de la mujer frente al hombre normalizando conductas desiguales entre mujeres y hombres que nos enseñan desde la infancia; fomentando y manteniendo el poder del hombre sobre la mujer; estableciéndose así  como norma sociocultural y lingüística en una sociedad patriarcal; normalizando jergas sexistas y el trato desigual entre las personas de diferente sexo.  

En España el trato desigual entre los géneros/sexos ha estado recogido en La Constitución Española de 1812 donde la mujer no tenía ningún derecho ni era reconocida como ciudadana; siendo educadas para una vida adulta en el ámbito privado de la casa y la familia como esposa y madre; pero era incomprensible una vida pública. Esta perspectiva ha estado vigente hasta hace poco y ha formado nuestra memoria histórica; haciendo de España un país machista donde el diccionario aún recoge palabras y definiciones sexistas que son aceptadas como norma dentro de una sociedad que cambia a un ritmo acelerado; pero nuestras estructuras cerebrales no cambian con tanta rapidez como lo puede hacer el entorno; siguiendo entonces los comportamientos sexistas y de subordinación femenina.      


Empecemos a escribir con la pluma de la igualdad
 para transformar la realidad.

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